¿Para qué creó Dios los ángeles? ¿Cómo se les pide ayuda? ¿Qué ocurrió con satanás?
Queridos amigos, aquí os transcribo una conferencia muy interesante de Pepe González sobre San Miguel Arcángel y los nueve coros angélicos que aparecen en la Sagrada Escritura. Podéis oírla en Youtube si os apetece. Dios os bendiga.
Dios creó a todos los ángeles, los cuales se caracterizan por ser espíritus purísimos. AL principio no tenían la Visión Beatífica de Dios, no podían ver a Dios al igual que nosotros ahora en la tierra. Porque para poder tener la visión beatífica hay que pasar la prueba del amor, la fidelidad y en virtud de la santa obediencia. Esa es la puerta angosta para todos. Los ángeles también tuvieron que pasar esta prueba. Tenían que mostrar a Dios fidelidad, adhesión.
Dios al crear a los ángeles les da luz (ciencia) infusa para que tengan conocimiento de Dios y de ellos mismos. Si los ángeles superaban la prueba podían pasar a la Visión Beatífica, es decir, ante el trono de la Divina Majestad.
En un primer momento, los ángeles al contemplar en ellos las perfecciones divinas y toda la belleza, la luz, el amor, la fuerza, el poder… Todo esto lo vieron y lo reconocieron como venido de las manos amorosas de Dios, y se anonadaron ante tal poder, se empequeñecieron, lo adoraron, lo glorificaron, lo exaltaban y lo reconocieron como Dios.
Entre ellos estaba el ángel primogénito, uno de los siete príncipes de la milicia celestial. Él era el más esplendoroso, el más bello, el depositario de todas las gracias angélicas. Y de él todos los demás ángeles recibían el depósito de las gracias.
Cuando este ángel se miró a sí mismo y vio su belleza, su esplendor, su gracia, su fuerza… Vio que era mayor que los demás. Pero a Él le costó trabajo humillarse y empequeñecerse delante de quien lo había creado con tanto amor. Pero como los demás lo hicieron él también se postró. Pero no por amor, no por obediencia voluntaria, sino porque no tenía opción.
En este ángel se estaba desarrollando el germen de la maldad en su corazón soberbio. La fuerza del pecado no tenía todavía fuerza para revelarse abiertamente ante quien lo había creado.
Hasta aquel momento los ángeles gozaban de armonía y paz al servicio de Dios. Pero vino la prueba:
Nuestro Padre Celestial reúne a toda la corte angélica y les da la Visión de su Hijo Jesucristo, el Verbo encarnado, en sus dos naturalezas: Divina y Humana en una verdadera unión hipostática, como una sola persona.
Cuando todos los santos ángeles contemplan la visión del Verbo Encarnado se les pidió que se postraran ante Él y lo adoraran como su Rey y como su Dios. Entonces los ángeles se postraron. Pero solo uno quedó de pie y gritó con todas sus fuerzas: Ante un hombre de naturaleza humana inferior a la mía yo no me postro.
Amo los arcángeles
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