Los ángeles y los poderes extraordinarios que poseen
“Pienso en el poder y en la fuerza de los ángeles que están entre nosotros.”, declaró el Presidente Gordon B. Hinckley en su discurso, A Los Jóvenes Y A Los Hombres, de la conferencia general en octubre de 1998.
Las escrituras nos indican que los ángeles del Señor tienen capacidades y poderes extraordinarios, convirtiéndolos en seres formidables. Los ángeles pueden tener poder sobre los elementos y las diversas fuerzas terrenales que existen en este mundo telestial que no los atan.
Los grandes poderes que tienen los ángeles les permiten cumplir sus misiones aquí en la tierra y ayudar a los mortales que son, en comparación, delicados y frágiles.
Sin embargo, cuando analicemos los poderes extraordinarios de los ángeles, debemos ser cuidadosos y abiertos con respecto a este tema, porque hay mucho que no sabemos. Así mismo debemos recordar que muchas de las declaraciones en las escrituras, especialmente las de Juan el Teólogo, contienen simbolismos.
Los poderes milagrosos de los ángeles crean confianza entre los mortales que entienden su autoridad y poderes. No todos los ángeles tienen igual poder y autoridad: los ángeles con cuerpos resucitados tienen mayor poder que los seres trasladados, que a su vez tienen mayor poder que los ángeles que son espíritus sin cuerpo o incorpóreos. Dependiendo de su rango, estado y la misión a la que se les envían.
Los ángeles pueden tener algunos o todos los siguientes poderes:
- Poder sobre la gravedad.
- Poder sobre los elementos.
- Otros poderes y capacidades sobrehumanas, incluido el poder de aparecer aparentemente de la nada y desaparecer en un instante.
- Hacer que las puertas se abran por su propia cuenta.
- Hacer que las cadenas se suelten de los prisioneros atados.
- Poder pare mezclarse entre los mortales sin ser detectados.
- Poder para pasar a través de paredes, puertas cerradas y techos.
- Poder para escapar de las fosas y profundidades de la tierra.
- Poder para permanecer ilesos en hornos de fuego y entre bestias salvajes.
Los ángeles que tienen poder sobre la gravedad.
Los seres celestiales no tienen necesidad de pararse en el piso o en el suelo. Pueden pararse sobre la tierra o el piso, quizás para permanecer elevado sobre las criaturas telestiales, o quizás el lugar en donde los seres humanos se encuentran se considera un espacio profano.
En varias ocasiones, el Señor, mientras visitaba a Sus Profetas, se paró en un pavimento de materiales preciosos, como el oro (DyC 110:2) o zafiro (Éxodo 24:10). José Smith testificó de esto en la primera visión:
“Al reposar sobre mí la luz, vi en el aire arriba de mí a dos Personajes, cuyo fulgor y gloria no admiten descripción.” (José Smith-Historia 1:17).
El Presidente Lorenzo Snow vio al Señor resucitado en el Templo de Salt Lake de pie a “casi un metro del suelo” y comentó que “parecía como si estuviera sobre un plato de oro sólido.” El Elder George F. Richards tuvo una visión inspirada de Jesucristo, durante el cual, él afirmó que “estaba en presencia de [su] Salvador mientras Él se encontraba en el aire.”
También hay casos registrados de ángeles que estaban de pie en el aire.
Los pies de Moroni no tocaron el piso durante sus visitas a José Smith el 21 de septiembre de 1823. Mientras el joven Profeta estaba orando, Moroni “apareció al lado de [su] cama, de pie en el aire, porque sus pies no tocaban el suelo.” (José Smith-Historia 1:30).
Además de su capacidad para pararse en el aire, ten en cuenta el poder de Moroni para ascender al cielo: “Después de esta comunicación [con Moroni], yo [Joseph Smith]… vi abrirse algo como un conducto que iba directamente hasta el cielo, y él ascendió hasta desaparecer por completo.” (José Smith-Historia 1:43).
Oliver Cowdery testificó ante un tribunal que vio a un “glorioso mensajero del cielo, vestido de blanco, de pie sobre el suelo, en una gloria que nunca [había] visto algo parecido, el sol era insignificante en comparación.”
Estos relatos demuestran que los seres celestiales tienen el poder de pararse, aparentemente sin apoyo, en el aire; adicionalmente, varios pasajes de las escrituras relatan que los ángeles descendieron del cielo, proporcionando así evidencia adicional de que tienen poder sobre la gravedad.
Por ejemplo, el ángel que se le apareció a Alma y los hijos de Mosíah “descendió como en una nube” (Mosíah 27:11), también Nefi y Lehi y unas trescientas personas presenciaron “vieron abrirse los cielos; y descendieron ángeles del cielo y les ministraron.” (Helamán 5:48).
La multitud de santos que estaban con Jesús resucitado “vieron abrirse los cielos, y vieron ángeles que descendían del cielo cual si fuera en medio de fuego.” (3 Nefi 17:24). Además, la frase “los ángeles descendieron del cielo” se encuentra, con pequeñas variaciones, en otros versículos como “descendieron ángeles del cielo” (3 Nefi 19:14) y “[Juan] vio a otro ángel poderoso descender del cielo.” (Apocalipsis 10:1, 18:1; 20:1).
Los ángeles que tienen poder sobre los elementos.
Con respecto al conocimiento de los ángeles sobre los elementos y las “leyes de la naturaleza” el Elder John A. Widtsoe explicó que los ángeles son “personajes vívidos, seres inteligentes inmensamente superiores al hombre, que conocen bien las leyes de la naturaleza y por lo tanto pueden controlarlas.”
Mientras era Presidente de la Iglesia, Brigham Young hizo declaraciones sobre el poder que los ángeles tienen sobre los elementos; así mismo, otros líderes de la Iglesia también han enseñado sobre el poder de los ángeles sobre los elementos.
Utilizando un lenguaje simbólico, Juan el Teólogo escribió acerca de los ángeles que tienen muchos grandes poderes: un ángel que tenía “poder sobre fuego” (Apocalipsis 14:18), cuatro ángeles que tenían poder sobre “los cuatro vientos de la tierra” (Apocalipsis 7: 1) , y uno o más ángeles que tenían poder sobre el destino de las aguas, algo a lo que Juan se refiere específicamente como el “ángel de las aguas” (Apocalipsis 16: 5).
También hay cuatro ángeles en Apocalipsis “a quienes es dado poder sobre las cuatro partes de la tierra, para salvar la vida y para destruir; y tienen el poder de cerrar los cielos, de sellar para vida o de echar abajo a las regiones de las tinieblas.” (DyC 77:8, Apocalipsis 7: 1).
Juan el Teólogo usa, una vez más, el lenguaje simbólico y declaró que “un ángel poderoso tomó una piedra, como una gran piedra de molino, y la echó al mar, diciendo: Con igual ímpetu será derribada Babilonia, la gran ciudad, y nunca jamás será hallada.” (Apocalipsis 18:21, Jeremías 51: 60-64). Aquella acción por parte del ángel simboliza la destrucción de la maldad en los últimos días y aunque este ángel no tiene nombre, el hecho de que él es poderoso es significativo, así como lo es la idea de que Dios encargará a uno de sus ángeles a destruir a Babilonia.
Dentro de los ángeles que tienen poder sobre el fuego (nuevamente se observa el simbolismo) se incluye el ángel del que se habla en Éxodo 3, donde se registra que Moisés se encontró con un ángel que apareció ‘en una llama de fuego’: “Y se le apareció el ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró y vio que la zarza ardía en fuego, mas la zarza no se consumía.” (Éxodo 3:2). Esta debe haber sido una escena asombrosa para este hombre.
El relato del ángel que aparece en una llama de fuego fue tan significativo que Esteban, más de un milenio después, lo mencionó dos veces en su discurso (Hechos 7:30,35). En resumen, la aparición del ángel en el fuego significa un gran milagro.
Los ángeles han demostrado el poder sobre el fuego en otras ocasiones: “Y aconteció que mientras la llama subía del altar hacia el cielo, el ángel de Jehová ascendió en la llama del altar. Y Manoa y su esposa lo vieron y se postraron en tierra sobre sus rostros.” (Jueces 13:20).
Además, el Libro de Mormón registra que una multitud “vieron ángeles que descendían del cielo cual si fuera en medio de fuego.” (3 Nefi 17:24).
Los ángeles que tienen muchos otros poderes y capacidades sobrehumanas.
Además de tener poder sobre la gravedad y los elementos, los ángeles poseen muchas otras habilidades extraordinarias.
Por ejemplo, los ángeles pueden aparecer aparentemente de la nada y luego desaparecer. Pueden aparecerse a los mortales y ocultar su naturaleza angelical, y tienen la capacidad de aparecer como mortales.
El ángel, que salvó a Pedro la noche antes de ser ejecutado, poseía grandes poderes. Este ángel entró milagrosamente en la prisión e hizo que las cadenas de Pedro se soltaran “de sus manos” (Hechos 12:17; Abraham 1:15). Luego, el ángel y Pedro caminaron sin ser vistos “pasado la primera y la segunda guardia”, presumiblemente donde los guardias estaban reunidos: otro milagro hecho por el ángel (Hechos 12:10).
Cuando Pedro y el ángel se acercaron a la “puerta de hierro que daba a la ciudad, la cual se les abrió por sí sola” o más bien, se abrió debido a los poderes del ángel. El ángel demostró cuatro poderes:
- Él pudo entrar milagrosamente en una prisión, aunque tenía las rejas o puertas cerradas y varios guardias vigilando.
- Hizo que las cadenas que unían las manos de Pedro se soltaran.
- Él y Pedro caminaron sin ser detectados más allá de las dos estaciones de guardias.
- El ángel hizo que se abriera la puerta exterior de hierro, que se presume estaba cerrada.
Las cadenas que unen a los prisioneros no son un obstáculo para los ángeles. El Elder Parley P. Pratt, después de pasar varios meses en una prisión de Missouri, fue liberado por un ángel. Ni las paredes ni las puertas ni las cadenas que sujetaban al Elder Pratt podían evitar que el ángel lo liberara.
“En el gran Aniversario nacional de la independencia americana, el glorioso 4 de julio, [Parley] instruido y advertido por un Ángel del Señor en una visión en la noche, rompió sus cadenas, abrió las puertas de su prisión y salió de su prisión: y después de deambular durante casi una semana, día y noche, casi sin comida, evitó toda persecución y llegó a la casa de su familia.” (Biografía de Nathan Pratt).
Así mismo, hay otro relato que habla del gran poder de los ángeles. Cuando fue llamado a liberar a los israelitas de sus enemigos, Gedeón expresó sus sentimientos de incompetencia: “Entonces le respondió: Ah, señor mío, ¿con qué salvaré a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre.” (Jueces 6:15). El Señor le respondió prometiendo: “Ciertamente yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre.” (Jueces 6:16).
Luego, para darle a Gedeón la confianza de que el Señor cumpliría su palabra, el ángel de Dios realizó un gran milagro: “Y el ángel de Dios le dijo: Toma la carne y los panes sin levadura, y ponlos sobre esta peña y vierte el caldo. Y él lo hizo así. Y extendió el ángel de Jehová el bastón que tenía en la mano, y tocó con la punta la carne y los panes sin levadura; y subió fuego de la peña, el cual consumió la carne y los panes sin levadura. Y el ángel de Jehová desapareció de su vista.” (Jueces 6: 20-21).
Después de estos eventos, el Señor le dio poder a Gedeón para derrotar a los madianitas (Jueces 7: 2). Gedeón se hizo tan grande a los ojos de los israelitas que lo invitaron a convertirse en rey, pero él se negó (Jueces 8: 22-23).
A veces, el asombroso poder de los ángeles hace temblar la tierra.
Por ejemplo, en el día de la resurrección de Jesucristo, el descenso de un ángel hizo temblar la tierra: “Y he aquí, hubo un gran terremoto, porque un ángel del Señor…” (Mateo 28: 2).
También “se les apareció el ángel del Señor; y descendió como en una nube; y les habló como con voz de trueno que hizo temblar el suelo sobre el cual estaban.” (Mosíah 27:11). Y “con sus propios ojos habían visto a un ángel del Señor; y su voz fue como trueno, que conmovió la tierra; y comprendieron que no había nada, sino el poder de Dios, que pudiera sacudir la tierra y hacerla temblar como si fuera a partirse.” (Mosíah 27:18).
Otro pasaje también nos comparte lo siguiente: “He visto a un ángel cara a cara, y me habló, y su voz fue como el trueno, y sacudió toda la tierra.” (Alma 38:7).
Los Tres Nefitas: Sus capacidades y poderes extraordinarios.
Jesús prometió a los Tres Nefitas poderes extraordinarios: “Porque nunca probaréis la muerte… Y nunca padeceréis los dolores de la muerte… Y además, no sentiréis dolor mientras viváis en la carne, ni pesar, sino por los pecados del mundo.”(3 Nefi 28:7-9).
Las frases “nunca probaréis la muerte” y “nunca padeceréis los dolores de la muerte” especifican que nunca morirán a causa de enfermedades, plagas, pestes, accidentes, armas, calamidades o desastres, causas naturales, envejecimiento, o mil cosas más por las que los mortales mueren.
La frase “no sentiréis dolor mientras viváis en la carne” indica que no sufrirán condiciones humanas tan dolorosas como heridas, enfermedades, dolores, llagas, cortes, huesos rotos y más. José Smith explicó: “La traslación otorga la abstinencia de las torturas y sufrimientos del cuerpo, pero su existencia se prolongará en cuanto a las obras y trabajos del ministerio, antes de que puedan entrar en un gran descanso y gloria.”
Mormón explicó lo siguiente acerca del cambio de la condición mortal de los tres nefitas que “no probaran la muerte”:
“He preguntado al Señor, y él me ha manifestado que es necesario que se efectúe un cambio en sus cuerpos, o de lo contrario, será menester que prueben la muerte. Por tanto, para que no tuviesen que probar la muerte, se verificó un cambio en sus cuerpos, a fin de que no padeciesen dolor ni pesar, sino por los pecados del mundo.
Mas este cambio no fue igual al que se verificará en el postrer día; pero se efectuó un cambio en ellos, de modo que Satanás no tuviera poder sobre ellos, para que no pudiera tentarlos; y fueron santificados en la carne, a fin de que fuesen santos, y no los pudiesen contener los poderes de la tierra.” (3 Nefi 28:37-39).
Mormón describió los poderes adicionales de los Tres Nefitas de la siguiente manera:
“Y eran arrojados en la prisión por aquellos que no pertenecían a la iglesia. Y las prisiones no podían contenerlos, porque se partían por la mitad.
Y eran arrojados en la tierra; pero herían la tierra con la palabra de Dios, de tal modo que por su poder eran librados de las profundidades de la tierra; y, por tanto, no podían cavar fosos de hondura suficiente para contenerlos.
Y tres veces fueron arrojados en un horno, y no recibieron daño alguno.
Y dos veces fueron arrojados en un foso de animales feroces; y he aquí, jugaron con las fieras como un niño con un cordero de leche, y no recibieron ningún daño.” (3 Nefi 28: 19-22).
Este artículo fue escrito originalmente por Donald B. Perry, extracto del libro “Angels: Agents of Light, Love, and Power” y fue publicado por ldsliving.com bajo el título: “Angels and the Three Nephites: 3 Extraordinary Powers Each Possess”
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