Ejercicio angelical de Perdón
“Yo, tu Ángel Guardián, bajo a ti para darte la fortaleza que mi Padre Dios te envía para que puedas sanar por medio del Perdón que, antes que tú lo otorgues a los demás, Él te lo entrega a ti.”
- Visualizar a la persona.
- Recordar todo lo que me hizo.
- Pedir a tu Ángel de la Guarda que te diga por qué esa persona apareció en tu vida y qué te enseñó.
- Nombras a la persona diciéndole: “_______ (nombre de la persona) te perdono y te libero, te doy gracias por _____ (esto) y por _____ (esto otro, etc.)…..”.- se dice tres veces.
- Luego dices: “Me perdono y me libero porque ya aprendí _____ (esto) y _____ (esto otro, etc.)”. – se dice tres veces.
CONCLUSIÓN: La necesidad de perdonar aumenta.
Inevitablemente, alguien va a lastimarnos. Cuanto más vivamos, más oportunidades hay que nos hieran, es un hecho de la vida. Howard Olsen señala: “La vida sin sufrimiento es imposible y cualquiera que busque mantenerse lejos del dolor, no está viviendo”.
La necesidad de perdonar aumentará con el tiempo. No hay mucho que pueda usted hacer al respecto, y tampoco importa lo absurdo que sea el acto en contra suya o cuánto lo hayan herido, el perdón cuesta menos que el no perdonar.
Decidir perdonar trae salud en donde no la hay, amor en donde abundan el odio y paz en donde podría haber guerra. Si bien la oportunidad de perdonar aumenta, lo mismo sucede con nuestro conocimiento y nuestra habilidad para perdonar.
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