Buenos días, Señor, gracias por permitirme despertar una vez más con vida.
Te quiero dar las gracias por cuidarme mientras yo aún dormía.
Sé que eres tú el que se hizo cargo de mi durante esa noche fría
y sé que esa es la razón por la que en este instante estoy con vida.
Sé que fuiste tú el que mantuvo mi organismo funcionando
de manera que pude despertar hoy sano y salvo,
pues tú de todo mi cuerpo todos los días te haces cargo
y esta es la razón por la que hoy las gracias te estoy dando.
Señor, te pido que me ayudes en todas las cosas que haré en este día.
Por favor, ayúdame a realizar las tareas que para hoy tengo establecidas.
Me humillo ante ti con la convicción de que sin ti nada yo podría,
pues sé muy bien que contigo no hay nada imposible en esta vida.
Señor, te ruego que me encamines en todas las cosas que haré en este nuevo día.
Te ruego que me protejas de cometer algún error en algo que hoy decida.
Te entrego todo lo que haré en tus manos porque nadie puede hacer las cosas como tú las harías
y porque tengo claro que si te entrego todo, tú podrás obrar de la manera más precisa.
Bendice a todas las personas con quienes pueda encontrarme el día de hoy
y perdona a todo aquel que intente lastimarme. Sin importar lo maligna que sea su intención,
ayúdame a ser benigno con todos los que me encuentre en este día, oh Señor,
para que vean en mí reflejada esa inmensa paz que sobrepasa todo entendimiento. En el nombre de Jesús en este día
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